Quentin Tarantino siempre ha sido un director que desafía lo establecido. Su cine es irreverente, sangriento, irónico y profundamente influyente. Ahora, el cineasta estadounidense da un nuevo paso en su carrera creativa: debutará en el West End de Londres con su primera obra de teatro. Una noticia que confirma que Tarantino no se conforma con el legado que ya tiene en el cine, sino que busca explorar nuevas formas de contar historias.
El West End, considerado el corazón teatral de Londres y una de las mecas mundiales de las artes escénicas, será el escenario en el que Tarantino probará un terreno distinto, pero no del todo ajeno a su estilo. Al fin y al cabo, sus guiones siempre han tenido un ritmo teatral, con diálogos extensos, escenas que parecen diseñadas para un escenario y personajes que podrían sostenerse perfectamente sobre las tablas.
Aunque todavía no ha revelado demasiados detalles sobre la trama de la obra, el director ha asegurado que se trata de un proyecto muy personal. Para Tarantino, el teatro representa un reto distinto al cine: no hay montaje, no hay edición, no hay segundas tomas. Todo ocurre en directo, frente a un público que reacciona en el mismo instante. Esa inmediatez parece atraerle, quizás como una forma de regresar a la esencia pura de la narración, sin artificios.
El anuncio de este debut ha coincidido con otra de sus declaraciones más comentadas en los últimos años. Tarantino confesó cuál considera la obra maestra de su filmografía. Para sorpresa de muchos, no se decantó por Pulp Fiction, la película que lo catapultó a la fama en 1994, ni por Reservoir Dogs, el filme independiente que lo puso en el mapa de Hollywood. Según él, su obra más lograda es Érase una vez en… Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood), estrenada en 2019.
La elección no es casual. Para Tarantino, esta película representa una madurez en su estilo narrativo. Ambientada en el Hollywood de finales de los sesenta, con un reparto liderado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, la cinta combina ficción y realidad para reescribir uno de los episodios más oscuros de la cultura popular: los crímenes de la familia Manson. Tarantino la considera una síntesis de todo lo que ha aprendido como director: un homenaje al cine, un retrato de una época y, al mismo tiempo, una historia íntima sobre la amistad y la decadencia.
Que Tarantino se refiera a esta película como su obra maestra también tiene que ver con su conocida decisión de retirarse del cine tras su décima película. Siempre ha sostenido que la carrera de un director debe ser breve y dejar una filmografía impecable. En ese sentido, Érase una vez en… Hollywood sería la cumbre de un recorrido que, para muchos críticos, ya estaba lleno de hitos inolvidables.
Su paso al teatro puede interpretarse como una forma de continuar creando sin romper su promesa de hacer solo diez películas. El escenario del West End le permite explorar un lenguaje distinto, con la misma intensidad que caracteriza su cine. Tarantino ha reconocido que le fascina cómo el teatro obliga a los actores a sostener la atención del público únicamente con su interpretación y con las palabras. Esa dependencia de los diálogos encaja perfectamente con su marca personal.
El interés que despierta su debut teatral es enorme, no solo en Londres sino a nivel mundial. Los fans esperan descubrir cómo trasladará su violencia estilizada, su humor negro y sus giros narrativos al directo. La pregunta está en el aire: ¿veremos a un Tarantino teatral tan provocador como en el cine, o mostrará un registro distinto?
Lo que es seguro es que el West End recibirá a un invitado de lujo. Un creador que nunca ha tenido miedo de arriesgar y que ahora está dispuesto a enfrentarse a un público exigente, en una ciudad con una tradición teatral que se remonta siglos atrás. Quentin Tarantino quiere escribir un nuevo capítulo en su carrera, y esta vez no será en una sala de cine, sino en un escenario londinense.